MÓNICA TERRIBAS es la infanta terrible, la malota de los
medios de comunicación subvencionados de Cataluña. Muy “malota”, muy terrible,
pero de mentirijillas, porque su punto canalla está siempre escorado justo
hacia el lado contrario de quienes la untan con pingües beneficios. ¿Qué no son
copiosas las ganancias? Pues nada menos que un sueldo anual de 175.000 €
anuales; ¡más que lo que cobra el Presidente de Cataluña! Claro que
gramo a gramo, seguro que hace más ella por la causa –llámese “prusés”- que el
otro, pues parece sólo estar de figurón.
Pero no, no es esto sólo lo que se lleva a la pera; ahora
nos acabamos de enterar de que por presentar al inefable Yanis Varoufakis, más guion
y diseño del evento (debe de haber sido un guion comparable al de “Lo Que El
Viento Se Llevó” y un diseño a la altura de la Sagrada Famillia) la alcaldesa
de Barcelona, Ada Colau le ha soltado la nada despreciable cantidad de 7.350 €.
Vamos, que así el que no es nacional-separata es porque es algo que empieza por
gili y termina donde empieza el órgano del placer.
Pasen, señores, pasen y vean: Esta es la Cataluña real de
nuestros días: mientras un grupito se lo llevan calentito, el resto no tienen
ni para hacer cantar a un ciego. Bueno, para algo sí tienen: para trapitos con
estrella y barras, que, ¡menuda barra!, los dejan a todos estrellados… pero
felices y contentos, porque conforman a aquellos que se han tomado la molestia
de domesticarlos, desde la más tierna escuela, mientras ellos como el diseñador
de este engendro y su familia, en bolsas de plástico y viaje a viaje –que menudo
trabajón-, han ido rellenando los huecos de todos los paraísos fiscales que han
hallado a su paso.
“Fer país” -hacer país- a eso le llaman hacer país –“fer país”-:
un país a la altura de cada momento de Alicia: un país de maravillas… o de
ilusiones, de ilusiones para ilusos y para ilusionistas; que entre unos y
otros, colman casi la totalidad de sus moradores.
Lo que está claro es que para hablar de hacer país, mientras
lo que hacen el grupito de siempre es hacer cajón, se necesita de Terribas, Rufian
y Reyes; o sea de zanahorias para que los bobos, como borricos las sigan,
pensando que les va a tocar una, aunque eso es en la práctica imposible, para
complacer a un total de unos siete millones de almas, entre las cándidas y las
de candado.
Sueñen, señores –ah, y señoras, que conviene más ser
políticamente correcto, que serlo gramaticalmente-, sueñen, que eso es
baratito, aunque le cueste caro, porque la pasta que trincan todos esos
sinvergüenzas, es la que ganamos los demás, con el sudor de nuestra frente.
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