miércoles, 20 de enero de 2016

PABLO IGLESIAS LA CISCÓ CUANDO DIJO: “CAROLINA, TRÁETE MAÑANA AL NIÑO, QUE LA PETAMOS”

Doy por supuesto que la ocurrencia de Iglesias, porque encaja mucho en su forma de ver la política, a base de golpes de efecto. Pero fuese de él, de Bescansa o de quien quiera que fuese, lo cierto es que no supieron medir las consecuencias que tal ocurrencia les podría acarrear.

La lindeza les trajo críticas de todos los colores y desde todos los lugares. Es evidente que el Parlamento, o cualquier otro lugar de trabajo, no es el lugar más apropiado para llenarlo de churumbeles, de abuelitos a los que cuidar o enfermos dependientes; hagamos un ejercicio de imaginación y visualicemos lo que podría ser un espacio como el Parlamento todo lleno de críos jugando, peleándose, gritando, llorando, etc.

Seguro que esa no era la intención de los podemitas, seguro que lo que querían era llamar la atención, en busca de todos los titulares de los tabloides y televisiones del mundo mundial. Y es que estos que ha todo el mundo que no es como ellos se han hartado de llamarles “casta”, por lo visto no están capacitados para gobernar. Cada cual, salvo los que están tocados con el puntito de la ciencia infusa –que tampoco son tantos- sabe hacer aquello para lo que está entrenado, y el entrenamiento de estos podemitas es como activistas, para tomar las calles y esas cosas, pero no para funciones administrativas tan complicadas como son llevar una ciudad, una autonomía o toda la nación.

Eso es lo que estamos viendo, allí donde tienen funciones de gobierno. Muy duchos no se muestran, más que para aquello que están entrenados, en hacer gestos: Carmena enviando a recoger colillas a los niños y a limpiar las escuelas a sus madres, etc.; Joan Ribó llegando el primer día al Ayuntamiento de Valencia en bici, intentar catalanizar la autonomía, etc.; Colau, quitando bustos del Rey y terrazas, etc.; los del Congreso con vestimentas informales, llevándose a un bebé, llorando, etc., y así un largo etcétera de los que han entrado de esa jaez. En definitiva: gestos, para dar y vender, pero gobernar, lo que se dice gobernar… eso cuando aprendan, si es que aprenden.

Y lo peor de todo, que con tango gesto, se han olvidado de que los diferentes parlamentos en la política son para parlamentar, que los gestos y balbuceos, está bien, pero para otros animales menos evolucionados que los humanos.

Es cierto que algunos de ellos están ahorrando dinero de los presupuestos; pero claro, ¿cómo?, pues a base de dejar de hacer cosas. No se puede decir que lo de meter la mano en el cajón, como tantos han hecho hasta ahora, esté bien, pero que el ahorro sea por la inacción, tampoco parece para grandes albricias, precisamente.

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