miércoles, 20 de enero de 2016

VOLVIENDO A LAS CORONAS REPUBLICANAS
Como suele ocurrir cuando sale una noticia que llama la atención, en un sentido, al poco, el fiel de la balanza suele irse al lado opuesto. Las paridas de algunos municipios en el asunto de los Reyes/Reinas Magos/as han hecho correr sobre el papel chorros de tinta y chorros virtuales de tinta, en los papeles virtuales.

Con los partidos emergentes nos ha llegado la modernidad, postmodrenidad, repostmodernidad o la rehostia, hablando en plata. Para sentirse diferentes y, sobre todo para dejar constancia de cuáles son esas diferencias que tanto gozan en exhibir, o, sencillamente para que la gente les tenga en la consideración que sus padres no les mostraron, ¡zasca!, les ha dado por crear una nueva tradición –como si las tradiciones se impusiesen, tras crearlas cuatro gatos- y se han cargado la fiesta de los Reyes Magos, que es cosa que a los niños… y patatín, y patatán, y todas esas cosas que ya hemos podido leer.

Pero, si además de eso que hemos leído lo enfocamos desde un punto de vista democrático, lo que veremos es que estas gentes, además de ser unos “chapuceros, que lo dejan todo perdido en nombre del personal”, no tienen ni zorra idea de lo que es una democracia, o de lo que tienen que hacer aquellos que reciben un mandato en un sistema democrático: que no es otra cosa que gobernar para todos, no solo para los suyos.
Dicho de otra manera, que se hacen la picha un lío; porque del noble arte del pensar: taratí que te vi. Vamos, que si un día se les ocurre usar una o la neurona que tienen, corren el riesgo de que les reviente la cabeza. ¡Que nanay, que no es manera usar recetas para todo!
Concluyendo. Que ustedes señores/as distinguidos/as están ahí, y cobran de aquí, para solucionar problemas, no para crearlos… y que a nosotros, al respetable, nos importa un carajo sus ínfulas, sus manías, sus carencias afectivas, culturales e intelectuales. Hale.

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